10 consejos para superar el final de las vacaciones

Cuando volvemos al trabajo después de un período de descanso solemos sentirnos inquietos, cansados e irritables. Estas son algunas ideas para sobrellevar el síndrome postvacacional lo mejor posible.

 

Los síntomas más frecuentes del síndrome postvacacional son: apatía, tristeza, insomnio, inquietud… Se trata de un malestar pasajero que afecta a entre un 30 y un 40 por ciento de la población y puede hacerse más llevadero con unas rutinas básicas.

Por terrible que parezca el contraste al volver, sabemos que vale la pena desconectar del trabajo durante un tiempo y, por supuesto, pasar por los inconvenientes que supone el regreso.

De hecho, muchos estudios han dejado claro que las vacaciones son una garantía de salud a largo plazo, con un detalle importante: sus efectos positivos no varían si, en vez de descansar en una playa del Caribe, te quedas en casa.

Estas son algunas estrategias para adaptarse al cambio y mantener vivo el espíritu que te hacía sentir bien antes de la vuelta al trabajo.

 

1. No te precipites

Evita empezar tu primer día con estrés: no intentes recuperar el ritmo de golpe ni tengas prisa por acabar más tareas de las que puedes asumir. Tienes que aceptar que necesitarás algunos días para adaptarte. Y probablemente no serás el único.

 

2. Las rutinas ayudan

Para volver a conectar necesitas horarios consistentes. Volver a los hábitos del día a día (levantarse, comer y cenar según pautas regulares, dormir ocho horas) te permitirá descansar mejor y recuperar tu rendimiento.

 

3. Organízate

Planifica tus primeros días. Eso te ayudará a mantener la percepción de que tú tienes el control y evitarás sentirte desorientado. A partir de este momento ya puedes empezar a pensar en objetivos a corto plazo.

 

4. El tiempo libre es tu fuente de energía

Volver al trabajo no significa que los momentos de ocio y diversión se hayan acabado. Tienes que aprender a aprovechar tu tiempo para no tener la sensación de que solo vives para trabajar. Resérvate un tiempo para ti: es la mejor garantía del bienestar.

 

5. Haz una lista de lecturas para este otoño

Pensamos durante meses en los libros que esperamos leer en verano. ¿Por qué no tener preparada una buena selección para el regreso? El otoño es una buena época para dedicar un tiempo a distraer y cultivar nuestra mente.

 

6. Haz ejercicio

La actividad física contribuye a estimular la plasticidad del cerebro, en especial cuando se combina con una actitud de curiosidad y descubrimiento.

 

7. Aprecia las pequeñas cosas

Cuando estamos de vacaciones tenemos más capacidad para centrarnos en una sola cosa, en especial si se trata de algo tan sencillo como contemplar una puesta de sol. Todo consiste en conservar esta predisposición mental cuando acaba el verano. Por ejemplo, podemos practicar la atención plena en nuestro día a día, incluso en las tareas más rutinarias.

 

8. Apuesta por el cambio

Un proyecto que se aleje un poco de tu actividad habitual es siempre un buen comienzo. De este modo se cumple un doble objetivo. En primer lugar, un nuevo reto es un estímulo para tu motivación. Y, al mismo tiempo, tus superiores interpretarán tu decisión como una muestra de actitud positiva y renovada.

 

9. Planifica escapadas breves

Cuando imaginas un viaje, por breve que este sea, tu mente se recrea en los detalles y sientes una agradable sensación que anticipa todo lo que esperas descubrir y visitar. Entre septiembre y Navidad puedes encontrar alguna ocasión que active tu «modo aventurero» sin necesidad de realizar un gasto importante.

 

10. Piensa en positivo

Tu actitud es importante para seguir siendo quien eres. Destierra los pensamientos negativos y no creas que el mundo laboral es una condena. Recuerda que sin trabajo no existen las vacaciones.