Miguel Delibes: Centenario del narrador de un país

(Valladolid, 1920-2010) Novelista, ensayista, autor de libros de relatos, de naturaleza y de viajes, Miguel Delibes fue miembro de la Real Academia Española desde 1975 hasta su muerte. Obtuvo el Nadal en 1948 con La sombra del ciprés es alargada y el premio Nacional de Narrativa en 1999 con El hereje, su última novela. Entre estas dos obras hay medio siglo de historias contundentes, personajes inolvidables y reconocimientos como el premio de la Crítica, el Príncipe de Asturias o el Cervantes.

Gran renovador de la literatura de posguerra, entre sus muchos logros está el haber narrado la evolución social de la España de la segunda mitad de siglo XX a través de páginas realistas, cercanas y llenas de sensibilidad. Para conmemorar su centenario te recomendamos tres de sus obras maestras.

 

LOS SANTOS INOCENTES

Novela ejemplar de la España profunda, narra la vida de una familia de campesinos al servicio de los señores de un cortijo de Extremadura en los años sesenta. Explotados y humillados por el señorito, los protagonistas soportan su dura existencia hasta que un desafortunado disparo de escopeta cambia el destino de todos. Una impecable denuncia moral contra el latifundio y la deshumanización propiciada por las jerarquías sociales.

 

EL CAMINO

Ambientada en un pequeño pueblo cántabro durante la posguerra, El camino nos presenta a Daniel el Mochuelo, un niño de once años, la noche antes de partir hacia la ciudad a estudiar el bachillerato. Nervioso e insomne, Daniel repasa su vida en el pueblo, las correrías con sus amigos, los descubrimientos y la feliz simplicidad de los vecinos. Una obra nostálgica, realista y dotada de una mirada pura e infantil magistralmente lograda.

 

EL HEREJE

El 31 de octubre de 1517, mientras Martín Lutero iniciaba el cisma de la Iglesia en Alemania, nacía en Valladolid Cipriano Salcedo. Aunque su historia es la de un joven que acaba convertido en comerciante, pronto entrará en contacto con las corrientes protestantes que empezaban a introducirse en la Península de forma clandestina. Un fresco brillante del Valladolid del reinado de Carlos V y un canto apasionado a la tolerancia y la libertad de conciencia.